Martes, 05 Octubre 2010
Por Armando Salazar
Homenaje a Alfredo Zamora Rivas, "Julito pelón" o "Julio
Ama", guerrillero y comunicador revolucionario durante la guerra, soñador
siempre...
SAN SALVADOR - Julito Ama, Julito “pelón” o Alfredo Zamora Rivas, como hoy
se le difunde, fue y seguirá siendo, parte de los tejidos de la experiencia de
la comunicación, la prensa y propaganda revolucionaria en nuestro país.
Su familia cultivó seguramente amplia democracia. Imaginamos hoy esas
discusiones de hermanos. De origen del PDC, Rubén siguió con el MPSC y después,
“Chancleta veloz” se integró al FDR (1980) y después a las alianzas
socialcristianas con las socialdemócratas.
A Ángela, austera e incansable mujer, parte de la continuidad de las visiones
de las FPL. “El Topo”, de la RN ,
un hermano de espíritu quien departía momentos y haces de luz impresionantes.
Conocedor de parte de las entrañas herederas de la situación que condujo al
asesinato de Roque Dalton, un hombre querido por éste hombre.
A Julito Pelón, como le decíamos, saltó a la “palestra” de los tableteos
guerrilleros en la maniobra del Frente Norte “Apolinario Serrano” (FAS) –
Chalatenango (Octubre de 1982) para asaltar y aniquilar las posiciones del
ejército (una compañía reforzada) en El Jícaro y el puesto de la guardia
nacional en Las Vueltas. Julito pegaba la barbilla a las piedras y a la tierra
de persuadir a los guardias para preservar sus vidas… mientras caían las bombas
y roquets de los A-37 y de las “Push & Pull”.
Julio, integrante del equipo zonal de propaganda del FAS, vinculado
directamente con las tropas de los destacamentos guerrilleros, después de casi
quince horas de combate y once de bombardeos aéreos, también entrevistaba en El
Amatillo a setenta prisioneros de guerra. La operación se llamaba “Héroes de
Octubre”.
Julito Pelón, se integró por un tiempo a Radio Farabundo Martí (1983), pero no
era su “espíritu”. Éste lo condujo a después a las andanzas, pelo a pelo, con
rústicos mimeógrafos y megáfonos junto a la tropa de guerrillera de combate en
Chalatenango, Cabañas y Cuscatlán.
Con “sequía” en la garganta como decenas de jóvenes campesinos convertidos en
guerrilleros, atravesaba el árido verano de 1983, después que fracasó la
maniobra guerrillera en las planadas de El Limón. Otro día fue en Tenancingo,
otro en Tejutepeque, otro en una fantástica emboscada anti-aérea en Suchitoto.
Julito aprendió aquella anécdota de 1981, cuando en uno de los ataques al
puesto represivo de Arcatao, iban también guerrilleros y milicianos desarmados
con cumbos de leche haciéndolos sonar con palos y piedras, pareciendo detonaciones,
para “hacerles la sicológica” a los guardias.
Julito pelón, asombrado y nuevamente cuestionante, levantó el rostro y lo echó
hacia atrás. “Peló los ojos” para su eternidad. Sus enormes ojos siempre se
unían a su frente, que siempre buscaban explicación.
Julito pelón, es mentira, no ha muerto el pasado 30 de septiembre en Costa
Rica, de una enfermedad terminal… Simplemente con sus simpatías y sus locuras,
pasó al umbral de la eternidad.
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